¡Chistes!
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¡Chistes!
> Es un matrimonio que se acaban de casar, y es la noche de bodas. En esto que están en al cama y le dice el marido a ella :
- Envido.
Ella claro, no entiende nada, le mira un poco de lado, se da la vuelta, apaga la luz y se duerme. Y esta historia se repite todas las noches durante todo un mes. Ya la mujer decide ir al psicólogo, a ver si le soluciona el caso:
- Oiga mire es que cada vez que nos acostamos él lo único que hace es decirme envido, y yo no lo entiendo.
El psicólogo se queda pensando...
- Ya comprendo, lo que ocurre es que su marido es un vicioso del mus, asi que cada vez que le dice eso, lo que en realidad quiere decirle es que quiere hacer el amor con usted. Asi que si usted quiere hacerlo, le dice quiero, y si no le dice paso.
Esa misma noche el marido le vuelve a decir...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka....
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
Hasta que una vez, ya la mujer no puede más y le dice:
- Envido.
- Paso.
A lo que el marido, hombre como pocos, responde:
- Pues una porque no...
> En una entrevista de trabajo, el examinador le hace las preguntas a los tres candidatos:
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN1 -Sí, cómo no: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno..
ENTR -Pero, ¿por qué cuenta así?
CAN1 -Deformación profesional. Es que antes trabajé en la NASA, y por eso de la cuenta atrás...
Entra el siguiente candidato:
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN2 -sí, claro: uno, tres, cinco, siete, nueve; dos, cuatro, seis, ocho, diez
ENTR -Pero, ¿por qué cuenta así?
CAN2 -Deformación profesional. Es que antes trabajé de cartero, y como primero se reparte la acera impar y luego la par...
Entra el último candidato:
ENTR -¿Dónde trabajó usted? (pregunta, para prevenir)
CAN3 -en el Ayuntamiento de La Coruña, de funcionario.
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN3 -Ahí va: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey!
- Envido.
Ella claro, no entiende nada, le mira un poco de lado, se da la vuelta, apaga la luz y se duerme. Y esta historia se repite todas las noches durante todo un mes. Ya la mujer decide ir al psicólogo, a ver si le soluciona el caso:
- Oiga mire es que cada vez que nos acostamos él lo único que hace es decirme envido, y yo no lo entiendo.
El psicólogo se queda pensando...
- Ya comprendo, lo que ocurre es que su marido es un vicioso del mus, asi que cada vez que le dice eso, lo que en realidad quiere decirle es que quiere hacer el amor con usted. Asi que si usted quiere hacerlo, le dice quiero, y si no le dice paso.
Esa misma noche el marido le vuelve a decir...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka....
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
- Envido.
- Quiero.
Rakarakaraka...
Hasta que una vez, ya la mujer no puede más y le dice:
- Envido.
- Paso.
A lo que el marido, hombre como pocos, responde:
- Pues una porque no...
> En una entrevista de trabajo, el examinador le hace las preguntas a los tres candidatos:
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN1 -Sí, cómo no: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno..
ENTR -Pero, ¿por qué cuenta así?
CAN1 -Deformación profesional. Es que antes trabajé en la NASA, y por eso de la cuenta atrás...
Entra el siguiente candidato:
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN2 -sí, claro: uno, tres, cinco, siete, nueve; dos, cuatro, seis, ocho, diez
ENTR -Pero, ¿por qué cuenta así?
CAN2 -Deformación profesional. Es que antes trabajé de cartero, y como primero se reparte la acera impar y luego la par...
Entra el último candidato:
ENTR -¿Dónde trabajó usted? (pregunta, para prevenir)
CAN3 -en el Ayuntamiento de La Coruña, de funcionario.
ENTR -¿Podría usted contar de uno a diez?
CAN3 -Ahí va: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey!
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